Seguros de vida, ahorro y retiro: una oportunidad que los productores asesores no pueden dejar pasar
Los productores tenemos un rol clave en la protección de personas, familias y empresas. Aunque muchas veces nuestra actividad se concentra en seguros patrimoniales, es fundamental que ampliemos la mirada hacia un segmento que no sólo tiene alto potencial de crecimiento, sino que cumple una función social irremplazable: los seguros de vida, ahorro y retiro.
A menudo, estos productos quedan relegados por desconocimiento, prejuicios o falta de hábito en su comercialización. Sin embargo, la realidad nos demuestra que cada vez son más necesarios. En contextos de incertidumbre económica, inestabilidad laboral y sistemas previsionales frágiles, los seguros de personas se consolidan como herramientas que brindan tranquilidad, previsibilidad y respaldo.
Coberturas
Los seguros de vida, por ejemplo, permiten que una familia pueda sostener su nivel de vida aun ante la pérdida de su principal sostén económico. Pueden también utilizarse como instrumentos clave en la planificación patrimonial y sucesoria o para proteger a socios dentro de una empresa. Existen múltiples variantes: vida individual, vida colectivo, vida temporario o permanente, con capital fijo o creciente. Y lo más importante: pueden adaptarse a todo tipo de presupuestos y necesidades.
Por otro lado, los seguros de ahorro y retiro ofrecen la posibilidad de construir un capital futuro a través de aportes periódicos. Muchos de nuestros clientes no saben que pueden complementar su futura jubilación con un instrumento flexible, accesible y con beneficios impositivos. Tampoco saben que pueden ahorrar con respaldo asegurador y con la tranquilidad de poder acceder a su dinero llegado el momento.
Como productores, tenemos la posibilidad –y la responsabilidad– de acercar estas soluciones. Incluir seguros de personas en cada asesoramiento no significa dejar de lado lo patrimonial, sino enriquecer la propuesta. Significa mirar al cliente de manera integral: proteger su casa, sí, pero también su vida; asegurar su auto, claro, pero también su futuro.
Vínculos que se mantienen
Además, estos productos nos permiten construir relaciones comerciales más duraderas. Un cliente que contrata un seguro de vida o de retiro suele permanecer muchos años vinculado con su productor. Se genera una relación basada en la confianza, en el acompañamiento y en la planificación a largo plazo. Esto se traduce en una cartera más sólida, en ingresos recurrentes y en mayor fidelización.
Para incorporar seguros de personas no se necesita ser experto en finanzas ni cambiar el perfil comercial. Se trata, simplemente, de animarse a tener una conversación distinta. Preguntar al cliente: ¿qué pasaría si mañana no estás?, ¿cómo te gustaría llegar a tu retiro?, ¿pensaste en dejar algo a tus hijos, además de tu esfuerzo diario? Estas preguntas abren puertas. Generan conciencia y nos posicionan como verdaderos asesores de confianza.
Hoy, más que nunca, los seguros de vida, ahorro y retiro deben formar parte de nuestra oferta diaria. No sólo porque representan una oportunidad comercial, sino porque permiten cumplir con nuestra función más importante: ayudar a las personas a vivir con mayor seguridad y previsión.
Desafío
El desafío está en nuestras manos. Incorporar estos productos no es sólo vender más. Es asesorar mejor. En esa diferencia está el verdadero valor de nuestra profesión.
Columna escrita por Silvina Ibarra Saurit, asesora de Seguros y Planificación Financiera, y publicada en la revista Todo Riesgo. Su e-mail es silvina.ibarra@sauritroman.com.ar.